La comprensión de los principios básicos de la combustión es fundamental para entender la dinámica de los incendios en espacios cerrados. Uno de los componentes clave en este proceso es el oxígeno, que junto con el combustible y la energía de activación, conforma el conocido triángulo del fuego. Estos tres elementos deben coexistir para que la combustión se inicie y se mantenga.
El oxígeno como agente comburente.
En el proceso de combustión, el oxígeno actúa como comburente, es decir, como el agente que se combina con el combustible para liberar energía en forma de calor y luz. Este calor mantiene el combustible a la temperatura de ignición, asegurando la continuidad del incendio. Por tanto, la eliminación o reducción del oxígeno en el ambiente es una estrategia efectiva para extinguir un incendio, ya que interrumpe la reacción en cadena necesaria para sostener la combustión.

Simulación de incendio en salón: análisis de dos escenarios.
Para ilustrar el efecto del oxígeno y la ventilación en un incendio doméstico, se realizó una simulación en un salón tipo, el cual contaba con los siguientes elementos:
- Sofá (foco inicial del incendio).
- Librería.
- Mesa de comedor de madera.
- Sillas con tapizado de espuma.
- Tarima de madera.
- Altura libre general: 2,50 metros.
- Altura reducida a 2,20 metros en la zona de entrada.

Escenarios analizados.
Se evaluaron dos situaciones diferenciadas:
- Escenario con rotura de ventanas.
Las ventanas se abren automáticamente al alcanzar los sensores de temperatura los 100 ºC. - Escenario sin rotura.
Las ventanas permanecen cerradas, limitando el oxígeno al contenido en el salón y al proveniente de las puertas interiores próximas.
Resultados de la simulación.
La tasa de liberación de calor (HRR – Heat Release Rate), que mide la velocidad de liberación de energía térmica en kilovatios (kW), mostró resultados significativamente distintos en cada escenario:
- La ventana más cercana al sofá alcanzó los 100 ºC a los 135 segundos, mientras que la ventana más alejada lo hizo a los 230 segundos.
- A partir de los 250 segundos se evidenció la mayor diferencia entre escenarios:
- Sin rotura: HRR máximo de aproximadamente 3.300 kW.
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- Con rotura: HRR máximo en el entorno de 6.500 kW.
Asimismo, las temperaturas registradas alcanzaron valores críticos:
- Sin rotura: máximo de 770 ºC.
- Con rotura: hasta 1.000 ºC.
La visibilidad fue menor en el escenario confinado, debido a la acumulación de humo sin posibilidad de evacuación al exterior.

Conclusiones
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El oxígeno es un factor determinante en la combustión, ya que actúa como comburente y permite que el fuego se mantenga activo. Su control es una estrategia efectiva para la extinción de incendios.
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La ventilación influye directamente en la intensidad del fuego. En el escenario con rotura de ventanas, la mayor entrada de oxígeno provocó un incremento notable en la tasa de liberación de calor (HRR), casi triplicando la potencia térmica respecto al escenario confinado.
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La diferencia de comportamiento térmico entre los dos escenarios es significativa: el escenario ventilado alcanzó temperaturas de hasta 1.000 ºC, mientras que el cerrado no superó los 770 ºC. Esto demuestra cómo la disponibilidad de oxígeno intensifica la energía del incendio.
- La simulación demuestra la necesidad de considerar cuidadosamente el diseño de aperturas, ventanas automáticas y control de ventilación en espacios interiores, tanto para prevenir la propagación del fuego como para facilitar la evacuación en condiciones seguras.