Cartel de uso de sistema de evacuación vertical. Retirado de edificio de Madrid en 1999.

La disciplina de la seguridad está relegada a una fase secundaria o posterior del proyecto arquitectónico. Los proyectistas no hemos sido conscientes que esa falta de sensibilidad en este capítulo fundamental, podía ser un foco de riesgo. Además, las actuaciones posteriores afectaban al planteamiento inicial del proyecto, tanto por las limitaciones en los usos y ocupaciones, como por la incorporación a posteriori de medidas correctoras que afectan a la idea original.

 

Se establecen dos métodos de protección:

 

  • Un activo, que es el conjunto de sistemas técnicos encaminados a la detección y extinción de los conatos de incendio. Estos sistemas actúan como herramientas de activación o colaborando con los diseños de protección pasiva:

 

Sistemas de detección coordinados con una central que colabore con los mecanismos de sectorización. Sistemas de extinción mediante agua, CO2 o agentes extintores, manuales o automáticos.

 

  • Por otro lado, el principio de protección pasiva trata de resolver todos aquellos requisitos constructivos y de diseño arquitectónico encaminadas a evitar que el fuego se desarrolle, impidiendo su propagación, evitando daños corporales a los ocupantes, facilitando la evacuación rápida del edificio, por sus propios medios, a través de zonas iluminadas y libres de humo, hasta un lugar seguro.

En el caso de personas con discapacidad, deberán facilitarse sistemas de evacuación alternativos o garantizarse la permanencia en espacios seguros hasta su rescate por los servicios de emergencia.

 

Además de los dos medios citados, podríamos establecer un tercer rango denominado preventivo. La protección preventiva analiza situaciones e instalaciones susceptibles de riesgo, elaborando diseños y medidas que limiten ese potencial.

 

Con estas bases, debe entenderse, la forma del edificio sin desatender su función, su ubicación, o la cultura y hábitos de sus usuarios, ni sus realidades constructivas. Ha de tratarse como un refugio bien equipado que cubre necesidades corporales y espirituales del ser humano.

 

La información hacia el usuario debe ser limitada, orientadora y motivadora.

Debe diferenciar e instruir, distinguiendo fondo y forma. Debe fortalecer las capacidades de los sentidos indirectos creando vínculos de atención con el lugar para situarnos en él como una experiencia dinámica y no una escenografía estática, como mejor manera de entender el espacio arquitectónico.

 

En cualquier caso, el aspecto más importante dentro de las medidas de seguridad de los edificios es la evacuación de sus ocupantes. Pensemos que el resto de las medidas no están plenamente garantizadas y no se puede siempre evitar, detectar o controlar una circunstancia de emergencia.

¿Por qué se quema el patrimonio? (Parte 5)