El accidente de la la torre Grenfell de Londres, trae a la memoria el siniestro que provocó un drástico desarrollo normativo en materia de seguridad contra incendios en España. Estoy hablando del incendio del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza.
En 1961 se funda ASELF, la primera asociación de bomberos.
Por un lado, los servicios de extinción de los grandes municipios junto con las compañías aseguradoras comienzan a establecer bases para desarrollar ordenanzas específicas más allá de menciones puntuales en las ordenanzas municipales. Y que sea necesario un informe técnico de los servicios de extinción.
En 1967 se crea la Comisión integrada de Prevención contra el Fuego que comienza a desarrollar un Proyecto de Prevención contra el Fuego. Lo forman Protección civil, Ministerios, Sindicato del seguro, ASELF y TECNIFUEGO (asociación de fabricantes de productos contra incendios y Ayuntamientos y las Diputaciones provinciales de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Bilbao, Valencia y Huelva.
- reclama el desarrollo de laboratorios de control de materiales e investigación: INTA, Eduardo Torroja,
- avanza sobre conceptos como EGA (edificio de gran altura) o no evacuables para tiempos de evacuación mayores 10 minutos,
- desarrolla el concepto de VIA DE EVACUACION,
- da prioridad a locales con gran afluencia de personas,
- y a la reacción de materiales,
- establece las bases de futuras normas y plantea las bases de la evacuación.
Pero El proyecto de reglamento, que nunca verá la luz. Tras la presentación en 1972 y reiteradas consultas congreso, la actividad de la Comisión de Lucha contra el Fuego se diluye 31 de diciembre de 1980.
Podemos decir que en esos momentos hay abiertos dos frentes. Uno estatal con una lenta coordinación y un indefinido liderazgo en su elaboración. Otro regional o municipal, adaptado a los requerimientos del entorno donde se deben resolver los sistemas de prevención. Pero debemos llamar la atención acerca de un peligro posible y que comienza ya a manifestarse: la falta de coordinación entre los diferentes órganos que elaboran reglamentos, normas, etc., puede conducir a un grave confusionismo, o, tal vez, a contradicciones. Es necesario eludir este peligro con el máximo interés por parte de todos.
Es muy posible que el sistema organizativo da al traste con el proyecto de Reglamento de septiembre de 1972, y que únicamente la Diputación de Barcelona se sirva del documento para la elaboración de su Ordenanza.
Se puede hablar de un desarrollo continuado, aunque desordenado y a veces paralelo y estanco entre distintos organismos de la administración, de la norma de protección contra incendios.
El hotel Corona de Aragón fue inaugurado en 1968 en la Avenida Imperial s/n, hoy Cesar Augusto, con vuelta a la calle Ramón y Cajal. Se trataba de un establecimiento de categoría de “LUJO” acogido a la financiación parcial que para la actividad hotelera que el Estado consideraba de utilidad pública. El edificio se ejecuta definitivamente con once plantas sobre rasante y tres sótanos. Las habitaciones se distribuyen entre 1ª y 9ª con una capacidad para 448 huéspedes.
Para la época era un edificio dotado de lo último en protección activa: Extintores de polvo seco, extintores de CO2. Instalación automática de detección de incendios desde la planta calle hasta el sótano 3 con centralita instalada en recepción. Instalación automática de CO2 en sótano 3. Grupo con bomba eléctrica que abastecía dos columnas de agua con dos BIEs de 45mm entre sótano 2 y planta 10 y una salida en sótano 3 y terraza. En plantas de habitaciones, un armario con manoplas de amianto, un hacha y una llave de cuadradillo para abrir la puerta donde se encuentran las escaleras metálicas de emergencia. Además de un hidrante o boca de incendio exterior.
imagen:Proyecto de reconstrucción hotel Corona de Aragón. Expediente Ayuntamiento de Zaragoza: 41.397/80.
Las plantas de habitaciones se organizan alrededor de un pasillo longitudinal. Cuentan con cuatro escaleras:
- La escalera principal en el centro del pasillo de habitaciones. Se trata de un recinto abierto al pasillo. La estructura es de zancas y peldaños metálicos, sin tabica y revestido de moqueta.
- Escalera de servicio, hacia la mitad de la planta, contigua a habitación de servicio, con acceso desde esta, en cuya puerta hay un rótulo que dice: «Salida de emergencia – Sortie de secour».
Ninguna de las dos estaba compartimentada y libre de humos. Tampoco hay puertas cortafuegos en las habitaciones.
- Escalera vertical, de hierro, con trampillas en suelo de cada planta, en un office situado entre los ensanchamientos del pasillo. En la puerca del office hay un rótulo que dice: «Privado-Private».
- Escalera vertical, de hierro, exterior, situada en la galería de la habitación posterior, medianil cercano a la Iglesia de Santiago. Su ubicación no estaba señalizada ni era previsible que nadie la conociera salvo los ocupantes de esas habitaciones.
Construcción y materiales:
- Estructura: Perfiles de acero laminado con forjados de bovedillas cerámicas y relleno de senos de hormigón celular ligero.
- Paredes de cierre y divisiones: Bloques de hormigón celular de 18, 12 y 7,5 centímetros de espesor según situación exterior, separación de habitaciones o distribución interior de las mismas.
- Revestimientos interiores: Suelos: Terrazo en cocinas, office y servicios. Mármol y madera en comedores, vestíbulos y salones sociales. Alfombra de moqueta en habitaciones.
- Paredes y techos: Plancha de corcho en techos de comedores, salones y habitaciones. Paramentos verticales con panelados de madera, papel o pintura plástica rugosa. Azulejos en baños.
Pero el hotel no contaba con puertas resistentes al fuego ni una compartimentación que confinara el incendio.
El incendio se inicia en una freidora de la cafetería de la planta semisótano. El incendio se propagó a la cafetería superior a través de una puerta lateral y dos conductos de salida de humos con ranuras en sus codos. A partir de esta planta prenden con rapidez todos los revestimientos propagando un humo muy denso por el tiro de la escalera principal. La rotura de los cristales por la temperatura alcanzada facilita la entrada de comburente. De allí recorre pasillos hasta las habitaciones.
Los aceros estructurales, sin embargo, no pierden su capacidad portante según peritaciones. De hecho, el edificio se rehabilita utilizando escaleras y núcleos de comunicación vertical.
Todos los residentes entrevistados manifiestan ser conscientes del humo en el primer instante que conocen de la existencia del incendio. Salvo alguno alojado en plantas bajas, la mayoría no pudo salir por la escalera y señaló que el humo también invadió la habitación, teniendo que permanecer en la terraza.
Imagen: Foto aerea Google maps.
El parque de bomberos se sitúa en las inmediaciones, a tan solo 260 metros. En 5 o 6 minutos llegaron al hotel. En un plazo no superior a 10 minutos se produjo la deflagración o flashover que desencadenó el gran incendio. Pero el material precario y la falta de una escalera de suficiente longitud dificultaron el salvamento de las víctimas. Una autoescala de 30 metros que a duras penas llegaba a la planta 8ª.
Imagen: “Especial incendio hotel Corona de Aragón. 25 años”. Cultural deportiva bomberos de Zaragoza. Especial 2005. Febrero 2004.
Flashover: Aumento repentino de la velocidad de propagación de un incendio confinado debido a la súbita combustión de los gases acumulados bajo el techo y a la inflamación generalizada de los materiales combustibles del recinto como consecuencia de la radiación emitida por esta capa de gases caliente. Y el oxígeno exterior: Incendio sobrealimentado.
Inmediatamente se desarrolla una Orden de Turismo para que en los establecimientos se ejecute la señalización e iluminación básica de evacuación, el entrenamiento del personal en materia de seguridad mediante planes de autoprotección y la compartimentación de escalera principal con elementos resistentes al menos 30 minutos.
El arquitecto Augusto García Hegardt que en 1978 había sido nombrado Jefe del Cuerpo de Bomberos de Zaragoza, participa en la elaboración de la ordenanza de prevención de incendios de Zaragoza, tras el siniestro del Hotel. Además de crear una de las reglamentaciones más completas del momento, duplican la plantilla, y modernizan el parque en 1983, incorporando al servicio los avances informáticos del momento.
La Subdirección General de Normativa del Ministerio de Fomento encarga la labor de la elaboración de una norma estatal de protección contra incendios. La norma de referencia será la Ordenanza tipo de Prevención de incendios de 1980 del Instituto de Estudios de Administración Local.
Se pone al mando el arquitecto José Luis Posada Escobar que se había 1974 se incorpora al equipo de 40 técnicos con el que contaba la Dirección General de Arquitectura para el desarrollo reglamentario de la edificación iniciando su andadura en el desarrollo de normas tecnológicas.
A través de la Comisión redactora ve la luz la NBE CPI 81. Una norma ingenua, pero buena norma, una buena base, que será el origen de las sucesivas normas en materia de seguridad contra incendios, utilización y accesibilidad.