En el siglo XIX, Madrid pasa de las tabernas a los cafés. Estos locales comienzan a incorporar música instrumental y vocal según los gustos del momento.

Hacia 1866 compite con la zarzuela el género bufo, con musiquillas frívolas, letras desenfadadas y estrafalarias indumentarias. Entre 1869 y 1910 tendrá aun más fuerza el “género chico”. Su origen es la ocurrencia de haber remedado a los cafés-conciertos los teatros por horas, con la intención de abaratar precios y permitir que todas las clases sociales pudieran asistir.

En el origen se cita el teatro del Recreo o de la Flor en la calle Flor Baja. El éxito de este género llevará a la apertura de los teatros de la Comedia, la Princesa, Eslava, Lara o el Apolo, considerada la catedral del “genero chico” desde 1874[1].

 

Según el artículo de Mercedes Agulló y Cobo [2]:

 

En septiembre de 1860 se anuncia que se estaban adornando los salones de Capellanes “para establecer en ellos un caffé chantant, como dicen los franceses”, que pasó a ser café-restaurante en febrero de 1861, en el cual se interpretaban “trozos de zarzuelas, alternadas con partituras de óperas conocidas, como es costumbre en muchas poblaciones del extranjero”.

La inauguración del café lírico de Capellanes constituyó un verdadero acontecimiento. El gacetillero nos lo describe así:

“El salón es bastante espacioso, y en su frente principal hay un pequeño teatro, cuyo centro es un bonito salón, donde alternando con escogidas piezas de música, se cantan trozos de ópera y de zarzuela por artistas contratados para el caso”.

Teatro Capellanes.

La antigua casa de la Misericordia, situada en la manzana 382 del plano de Pedro Texeira, pasa a manos particulares en el proceso de Desamortización. Pedro Armengol señala en su obra sobre la zona[3].

 

… La decaída casona del Hospital, con su gran patio central porticado, sus dependencias amplias y diversas – la botica, la tahona que indica el callejón contiguo – ofrecían tentador espacio para las instalaciones que mesonero apunta: La imprenta de un periódico, almacenes, un teatro y salas de baile. Las dimensiones permitirían la convivencia de tantas actividades heterogéneas, dada la multiplicidad de espacios y salas…

 

El periódico progresista “El Eco del Comercio” se instala hacia 1844. El patio central fue cubierto, desaparecida la fuente central, para convertirse en salón de baile que rivalizaba con Paúl.

Uno de los asiduos a los bailes de Capellanes era el joven canario Benito Pérez Galdós recién llegado de las islas. Como cronista en “La Nación, periódico de Pascual Madoz, Ministro de la desamortización, Armengol apunta que… Galdós registra que – en las tardes de los días de fiesta – el avance de la época lleva a Capellanes a la fregatriz y al cochero – quizá sirviendo en la misma casa grande – para bailar el “wals” y la “redowa”, olvidando las malagueñas y los sones gallegos con que antes se entretenían en las afueras…

 

Según legajo de Archivo de Villa, el 26 de julio de 1852 D. Antonio Regazzone solicita autorización para unas sesiones públicas de magnetismo en los salones del Liceo Matritense en la calle de Capellanes[4].

 

Tras un breve cierre entre 1866 y 1867 se reabrirá como teatro en febrero de 1868.

La denominación es variada y no hay un consenso claro. En el plano de Ibero de 1872-74 se señala como “Salón de Capellanes”. Diversos autores declaran que en 1875 funcionaba como Teatro de la Risa. Sin embargo, próximo la inspección de teatros que dará lugar a la Real Orden de 13 de mayo de 1882, los diarios únicamente denominan de esa manera al Circo de Paúl[5] y más tarde el teatro provisional de la calle de los Estudios[6]. Si existe, sin embargo, referencias, que lo denominan Teatro Alarcón[7], pasando a denominarse de nuevo Capellanes sobre 1882. Entre 1884 y 1897 se denomina Salón Romero por el músico Antonio Romero[8]. También recuerda el ABC, la reapertura del local en 1897 como teatro Cómico[9]. El suplemento de este diario, en un artículo titulado “Los Teatros de Madrid”, publicado el 30 de septiembre de 1899, señala que esa temporada Madrid contaba, entre otros, con el Nuevo Teatro, construido en el antiguo salón de Capellanes.

El ABC dedicará un artículo a este teatro que se demuele a finales de 1969 para dar paso a unos grandes almacenes.

Según el citado artículo de Mercedes Agulló, el 27 de abril de 1866 se inaugura el Café-teatro del Recreo en la calle Flor Baja, aunque tanto La Discusión como el Diario Oficial de avisos de Madrid anuncian sus comienzos a finales de diciembre de 1863, realizándose la subasta del café y la confitería unos meses antes[10]. Otros cafés-teatros son Eslava o La Infantil, más tarde conocido como Romea.

 

La Correspondencia de España recoge la noticia[11]:

 

Anteayer se ha comunicado una orden a todos los cafés de Madrid donde había funciones líricas y dramáticas para que suspendan esta clase de diversiones. Según noticias que tenemos, esta determinación debe ser consecuencia de gestiones de alguno de los interesados, puesto que han celebrado reuniones para tratar de suprimir unos espectáculos que les costaban demasiado caros, sin compensación suficiente.

 

Según Mercedes Agulló … la competencia de los Café-teatros empezaba a resultar molesta a los empresarios de los teatros de nuestra villa y corte así el 13 de enero de 1867 La Correspondencia de España recoge la siguiente noticia:

“Los empresarios de los teatros de esta corte han solicitado del gobernador de la provincia que se prohíba en los cafés llamados cantantes las representaciones lírico-dramáticas. La autoridad local ha remitido dicha petición en consulta al ministerio de la Gobernación”.

 

El artículo 10 del proyecto de reglamento de policía teatral publicado en 1882 exige a los cafés-teatros  la entrega de carteles o programas con seis horas de anticipación a la representación, siendo necesario, según el artículo siguiente, autorización de gobernadores o alcaldes, para poderse representar[12].

 

A pesar de las presiones los cafés-teatros continuaron funcionando y en 1890 aun funcionaba La Infantil en la calle de Carretas. Sin embargo las críticas teatrales fueron cada vez más negativas hacia estos espectáculos.

El Diario del Teatro en 1895 aun publica un artículo titulado “el teatro por horas” donde dice: “Nació en la calle de la Flor Baja, en el derribado teatrillo del Recreo, en el año 1866…”

 

Teatro Alhambra. 1870.

Calle San Marcos con vuelta a calle Libertad. Promotor Ignacio Figueroa y Mendieta, Marqués de Villamejor. Arquitecto Francisco de Urquiza. (Ver PLANOS teatros).

 

El hundimiento de la embocadura del teatro provocará que el Marqués de Villamejor solicite licencias para obras de reparación interiores del teatro, encargando el proyecto y la dirección a Luis María Cabello y Lapiedra[13]. El alcance de los trabajos, además de las reparaciones, se reducen dimensiones, disponiendo la platea de otra manera, incorporando retretes y urinarios independientes y ventilados.

El arquitecto propone un arco de embocadura de fábrica con dos estribos de 2,50 metros de longitud y 0,84 metros de ancho. Se adelantan palcos principales hasta la línea de las plateas. Los palcos tendrán antepalcos y habrá anfiteatros de platea y principal.

 

La licencia se solicita el 15 de abril de 1893.

 

Informa el arquitecto Pedro Domínguez solicitando plano de sección para aclarar la memoria y la planta. Recuerda que deberá hacerse uso de hierro y ladrillo y que todas las puertas abrirán hacia afuera.

La Comisión técnica de 25 de julio de 1893, aun reconociendo la responsabilidad última del arquitecto director de las obras, señala que el arco es inadecuado y que a su juicio se caerá al ser descimbrado. Que las armaduras de la sala antigua están deformadas. Y que en palcos se está colocando armadura de serradizo de madera y no de hierro. Reclama que las obras se atendrán a lo que marca el artículo 4º del Reglamento de 27 de octubre de 1885 en sus reglas:

1ª. Volumen de aire en relación con el número de espectadores.

3ª Dimensiones de los pasillos y de los pasos entre butacas.

4ª Alumbrado supletorio.

11ª Telón metálico cortafuegos.

13ª Facilidad y comodidad en las salidas.

14ª Luces en el tablado de escena.

Y 15ª Colocación de bocas de riego.

Para el alumbrado, recuerda que deberán pedirse los permisos establecidos en el artículo 3º del Reglamento especial de 30 de marzo de 1888.

 

El arquitecto certifica el 1 de agosto, muy ofendido y molesto, haciendo un repaso al texto de la comisión y justificando su celo y buen hacer.

 

El arco, finalmente, será sustituido por dos vigas armadas de hierro de las llamadas de celosía. El armado de galerías, sin embargo, se ejecuta de madera.

 

El secretario de la Comisión, Isidoro Delgado, da por finalizado el tema del arco, pero no el de las vigas, reclamando al arquitecto certificado de solidez.

Esta Comisión, el 9 de octubre de 1893:

1º. Requiere al dueño del edificio para enterarle que no pueden continuar las obras de armado de la galería si no utiliza los materiales propuestos por el arquitecto en memoria.

2º. Debe presentarse certificación facultativa respecto a la seguridad absoluta de las obras y edificio en general.

3º. Mientras no se cumpla lo anterior no podrá abrir al público.

4º. Se informa desde la alcaldía al gobernador civil.

 

Definitivamente, la comisión pedirá informe sobre los efectos que puede tener hacia la seguridad del público el cambio de material, y asumirá el nuevo certificado del arquitecto de 17 de octubre, concediendo licencia el 31 de octubre de 1893.

 

El teatro Alhambra desaparecerá en 1905.

 

Teatro Martín. 1870.

Teatro-café en Santa Brígida 3. Promotor Casimiro Martín. Arquitecto Manuel Felipe Quintana[14]. (Ver PLANOS teatros).

Se ejecuta con entramado horizontal, vertical y oblicuo de madera, soportes, columnas y crujías de patio central de hierro.

La planta baja se destinaba a café con las dos primeras crujías de 3,60 y 4,20 metros de fondo. Más allá hay un salón de 16,20 metros de ancho y 3,40 metros de fondo, situándose a los laterales las escaleras de acceso a los dos pisos o anfiteatros, principal y segundo, quedando los palcos bajos a nivel de salón de ingreso o descanso.

Existe una entrada central desde el salón a la platea o patio teatral de 11 metros de ancho por 10 metros de fondo.

La altura de crujías en bajo y principal es de 2,20 metros y 3,00 metros en segundo. Las escaleras laterales cuentan con un ancho de 1 metro.

El escenario cuenta con un ancho de 11,60 metros, 7,50 metros de fondo y 10,60 metros de altura.

Se concede la licencia el 17 de marzo de 1870.

 

Teatro Lara. 1879.

Corredera Baja de San Pablo con calle San Roque 10. Promotor Cándido Lara. Arquitecto Carlos Velasco[15]. (Ver PLANOS teatros).

Se trata de un proyecto de marzo de 1879 en el solar de Corredera Baja de San Pablo con Calle San Roque 10 donde se sitúa la fachada. La diferencia de las calles hace situar la platea en la planta principal con entrada por la casa de la calle Corredera a través de dos huecos de fachada.

El teatro consta de planta baja, platea, entresuelo, principal segundo y sección de armaduras.

La planta baja es un espacioso local destinado a Café y dos escaleras de acceso al teatro y al foso del escenario. Existe otra escalera en el patio para el servicio de la escena.

Las dos escaleras distribuyen al público por cuatro puertas y en caso de accidente se cuenta con las tres escaleras incluyendo la del patio.

El edificio está ejecutado de fábrica y hierro y cantería en el zócalo de fachada.

Las escaleras están armadas con hierro con tapas de madera.

Se construyen dos depósitos de agua en la parte superior del edificio con cañerías y bocas en los distintos pisos.

El solado es de entarimado y los antepechos de palcos de hierro fundido.

 

Se solicita licencia el 3 de abril. El técnico municipal Francisco Verea considera muy reducidos los anchos de las dos escaleras situadas en ángulos opuestos que comunican el Café con la sala del teatro. Tendrán cuanto menos 1,20 metros, aunque parece que el documento ha sido retocado y tenía fijado previamente 1,30 metros.

También dice que en manera alguna tendrá quebrantada las mesillas con peldaños en abanico. Solicita cortinas metálicas en las ventanas que dan al patio de la vivienda. Además, pide aclaraciones sobre los rasgados de ventilación no aclarados en memoria.

La Junta consultiva se ratifica en el informe, principalmente en la capacidad de las escaleras y solventadas las discrepancias se concede licencia el 16 de julio de 1879.

 

Otros salones de la época son el Circo de Paúl, Príncipe Alfonso, Recoletos, liceo Cervantes o La Infantil.

 

El Teatro-circo de Paúl, De la Bolsa, Lope de Rueda, De la Risa o De los Bufos Arderius estuvo ubicado en la calle Barquillo 5 y 7. Se trataba de un gran salón cuadrado promovido por Paúl Laribeau con proyecto de Enrique María Repullés y Vargas. Sus bailes de máscaras competían con los de Capellanes. Fue derribado en 1880.

 

El teatro-circo De Rivas, Príncipe Alfonso ó Circo de Madrid fue construido por D. Simón de las Rivas en 1863. Aunque se trataba de un local lujoso, el público no acudía por estar situado muy lejos, el Paseo de Recoletos.

 

El teatro Recoletos era un barracón en la calle del mismo nombre.

 

El Liceo Cervantes es un pequeño teatro en la Plaza de las Cortes número 8 donde actuaron varias compañías infantiles.

 

El teatro La Infantil, Romea fue un café-teatro situado en un caserón de la calle Carretas[16], escenario de la trágica noche de San Daniel[17].



[1] SAINZ DE ROBLES, Federico Carlos.” El Teatro en el Madrid del siglo XIX”. Ayuntamiento de Madrid. Delegación de cultura. Instituto de Estudios Madrileños del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Aula de cultura. Ciclo de conferencias sobre Madrid en el siglo XIX. 1981. Nº 5. Artes Gráficas Municipales. ISBN 84-500-4254-2.

[2] AGULLO Y COBO, Mercedes. “Los cafés-teatros madrileños del siglo XIX”. Vílla de Madrid. 1972,  Nº 35-36, páginas 27-32.

[3] ORTIZ ARMENGOL. Pedro. Historia de una esquina. La sede del Colegio de Aparejadores. Madrid. 1989. Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid. ISBN 84-86891-03-5.

[4] A.V. Corregimiento. 2-79-69.

[5] La Discusión 4-2-1872.

[6] El Globo 23-4-1882.

[7] La Correspondencia de España 23-12-1869.

[8] La Correspondencia de España 24-4-1884. La Epoca 15-11-1890.

[9] La Iberia 21-1-1897. La Epoca 24-1-1897. El Imparcial 25-1-1897. El Globo 26-1-1897. El País 4-2-1897.

[10] Diario oficial de avisos de Madrid de 13 de septiembre de 1863.

[11] La Correspondencia de España. 8-10-1866.

[12] Proyecto de Reglamento de Policía teatral. Madrid. 1882. Establecimiento tipográfico M.P. Montoya y compañía.

[13] A.V. Secretaría. 11-437-34.

[14] A.V. Secretaría. 10-205-39.

[15] A.V. Secretaría. 5-468-88.

[16] ABC. 21 de agosto de 1954. Páginas 3.

[17] Trágica noche de San Daniel o Noche del Matadero. El 10 de abril de 1865 la Guardia Civil, y unidades de Infantería y de Caballería del Ejército español reprimieron de forma sangrienta a los estudiantes de la Universidad Central de Madrid que realizaban una serenata en la Puerta del Sol de apoyo al rector de la misma, Juan Manuel Montalbán que había sido depuesto tres días antes por orden gubernamental por no haber destituido a varios catedráticos —entre ellos Emilio Castelar y Nicolás Salmerón— por sus posiciones contrarias a la doctrina educativa e ideológica oficial establecida por el gobierno de Ramón María Narváez. En los incidentes murieron catorce manifestantes y cerca de doscientos resultaron heridos.

http://www.mienciclo.es/ebooks/index.php/VIII._En_el_Gran_Escenario#La_tr.C3.A1gica_.C2.ABNoche_de_San_Daniel.C2.BB

Los cafés-teatros.