El 12 de mayo de 1887 Marcellin Bethelot , Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia responde sorprendentemente a una advertencia de un diputado sobre la seguridad en los teatros:
Podemos considerar que es probable que la Opera Comique se queme, es un hecho estadístico.
Dos semanas más tarde arderá la Opera Cómica de París con fatales consecuencias.
Tras el trágico incendio sucedido en el teatro Ring de Viena en 1881, se produce en Europa un verdadero empeño en el estudio de estos accidentes para mejorar la seguridad del público. Se establece en 1904 un Comité a través de la Asociación austriaca de Ingenieros y Arquitectos, encargado de realizar modelos de teatros.
El ingeniero William Paul Gerhard en su trabajo Theatre fires and panics: their causes and prevention de 1896 recuerda que estadísticamente existen dos periodos de siniestralidad en los teatros:
- Durante los primeros cinco años debido al ajuste de las instalaciones y la impericia de los empleados. Es durante los preparativos de la actuación y dos horas después del cierre cuando hay más porcentaje de riesgo, cuando se reduce la vigilancia, pero permanecen los focos de calor provenientes de la iluminación y los artificios.
- A partir de los 40-50 años a consecuencia de un mal mantenimiento, modificaciones en el edificio y una relajación del control que provocan nuevos riesgos.
En España, se van trasladando los estudios del entorno a través de los profesionales de los organismos públicos. Cabe destacar:
- Joaquín María Vega, arquitecto municipal y su Proyecto de Reglamento para la construcción e instalación de salas de reunión y espectáculos públicos como respuesta a la solicitud de la autorización para la construcción del teatro Eslava de 1871.
- El arquitecto del Gobierno Civil, José Grases y Riera, recién sucedida la desgracia del teatro de Chicago, redacta en 1904 la Memoria sobre las reformas más necesarias en los teatros de Madrid para poder garantizar en lo posible la seguridad de los espectadores.
- En 1909, el libro técnico La Prevención contra el incendio de Isidoro Delgado y Vargas, que había sido arquitecto jefe del servicio contra incendios y del cuerpo de bomberos de Madrid.
Paralelamente se desarrolla la reglamentación específica para la seguridad en los teatros, también con mimetismo a lo que se desarrolla en Europa y Norteamérica.